lunes, 28 de junio de 2010

fin de semana


sábado a la noche bajo la lluvia llame un taxi y me dirigí a la salida de borzoi.
El taxista iba a dos por hora , parecía que se dormía. Hizo la señal de la cruz en un semáforo, miré para todos lados buscando la iglesia a la que se refería ,pero no había iglesia alguna, había sólo una panchería de mala muerte en una esquina. La segunda vez que hizo la señal de la cruz se agarró de un rosario que colgaba del espejito retrovisor y ahí pensé que me iba a asesinar o que algo malo iba a suceder. Las señas de iglesia, me dan mala espina...Pensé que era un psicópata (creo que la psicópata era yo) y me aferré del picaporte. Siempre que me aferro de un picaporte me creo salvada, creo que voy a poder saltar del auto andando, rodar tres veces sobre la calle y pararme a lo matrix para huir corriendo por los techos (como si estuviera en estado físico).
Estuve atenta a que no se desviara del camino, en una quizo doblar y pegué un alarido que casi nos tragamos un árbol. Le dije que fuera por donde yo le decía. Me dijo que él era el chofer y que él sabía más que yo por donde ir. le dije que si yo quería agarraba un taxi y lo llevaba a donde quisiera, que no era taxista por casualidad y que siguiera el camino que yo le indicaba. Que si hay algo que te ayuda a saberte bien las calles de una ciudad es ser extranjera a esa ciudad, prestás mucha más atención, te sabés todas las calles, atajos y vericuetos.Y que si me quería asesinar o algo lo dijera de una vez por que la intriga me estaba matando. por suerte eso último no lo escuchó por que alguien lo llamó al celular. Por supuesto ni dudó en atender. me pareció que si le exigía que no hablara mientras manejaba me haría bajar ahí en medio de la nada así que me la aguanté. Llegamos y sentí un alivio embriagador. le pagué , le dije que se guardara el cambio y bajé tan apurada que me enganché el vestido, el tipo arrancó y se llevó medio trapo adentro del taxi.No me importó nada, ni grité, me quedé observando cómo se desgarraba la tela.
Me asomé a la puerta de la sala y la obra todavía no había terminado. Escuchaba a los chicos , apenas, y luego los aplausos, fue emocionante escucharlo del lado de afuera. Luego salieron ellos , con una sonrisa y volvieron a entrar para saludar. Luego un vino, seven up y empanadas en medio de la escenografía , lluvia y un sueño que me podía.
El domingo Hamlet en el centro de la cooperación. Ultima función. federico Olivera, me saco el sombrero. No lo tenía así.Increíble.Todos muy buenos en realidad. El vestuario...me rompí la cabeza tratando de descifrarlo....

No hay comentarios:

Publicar un comentario