martes, 23 de marzo de 2010

la montaña


Empecé a temblar cuando la nieve llego hasta mis rodillas. estaba cansada. Hacía cinco horas que subíamos sin parar , y ya cuando no había cima, cuando solo se veía el cielo y creí que habíamos llegado, ahí el camino se hizo más duro. Ahí la vegetación desapareció y comenzó la nieve y el camino se hizo blanco y desierto y ya no escuché las voces de mis amigas si no sólo ecos lejanos. Las nubes me envolvían y no podía ver mas allá de medio metro adelante mío.Tenía la ropa mojada y sospechaba que me había perdido.Cada madia hora la montaña retumbaba y me estaba dando muchísimo sueño, lo único que me detenía a tirarme a dormir era que no quería apoyar mi cara en la nieve fría.
Me desperté en un refugio rodeada de gente durmiendo en bolsas de dormir. Era una gran habitación con olor a madera , el piso estaba cubierto de gente durmiendo. No conocía a nadie y me dieron de repente unas ganas enormes de vomitar.Me paré tratando de no hacer ruido pero la necesidad me obligó a correr pisando cabezas hasta el baño. Llegué justito. Cuando levanté mi cabeza del inodoro un chico despeinado me miraba desde la puerta del baño.
Me fui al recibidor y miré por la ventana. La oscuridad era total , el suelo resplandecía blanco fosforescente. me dormí acodad en la ventana.

3 comentarios:

  1. Lola ya perdi la rura no se si esto es real o ficticio, que manera de marearme nena!!! igual esta buenisimo el relato y como siempre divertido al menos para mi,
    un abrazo

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  2. lola, adónde te va a llevar tu alma sin rumbo???

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  3. Guau!! Increible, subir una montaña tiene mucho de esa sensación de que pensás que llegás y siempre hay un poco más... Esas casitas en medio d ela montaña no pueden tener mejor nombre, REFUGIOS, donde sentís que volvés en si. EN qué lugar pasó esto Lola? Estás viva?
    Suerte en tus bellas travesías!

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